El objetivo del peeling químico, es obtener una piel más suave, tersa y luminosa, eliminando la capa superficial, incluidas impurezas, pequeñas arrugas, manchas y marcas de acné.
Se trata de una exfoliación, pero a diferencia de las que seguramente conoces (microdermoabrasión), se hace sin frotar.
El peeling químico se basa en la acción de ácidos que se aplican sobre la piel a determinadas concentraciones y de forma controlada, logrando así eliminar la capa más superficial de la piel, eliminando las células muertas e impurezas, y estimula la renovación de la piel.
Con este proceso se contribuye a alisar las arrugas finas, a mejorar la coloración de la piel, a atenuar las cicatrices de acné y el daño que inducen los rayos ultravioletas y los factores ambientales en la piel, proporcionando una piel limpia, radiante, tersa, más firme, libre de impurezas y de aspecto más joven.
Gracias al peeling químico podemos controlar la producción de grasa facial, consiguiendo una piel más uniforme. Existen varios tipos de peeling adecuados para distintos tipos de piel, y distintas épocas del año.
En cambio el peeling enzimático es un tratamiento más suave aún, una gran opción a la hora de tratar pieles muy sensibles, reactivas y delicadas. Este tipo de exfoliación se basa en el uso de productos naturales cuyas enzimas son capaces de renovar la piel de forma natural.
Éste tratamiento incluye extracción manual profunda de impurezas, máscara personalizada, drenaje linfático facial, activo final y protección solar.
* Te asesoramos cómo debes cuidar tu piel, con una rutina y tratamientos correctos.